Los Moais De Pascua Libro Pdf 23 ((INSTALL))
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Hacia el año 1.000, la sociedad de Rapa Nui alcanzó su máximo apogeo y experimentó un fuerte aumento demográfico, iniciándose la construcción de centros ceremoniales de culto a los antepasados, representados a través de gigantescas estatuas de piedra: los moais. En el contexto de una sociedad fuertemente estratificada, ordenada a través de linajes extensos que controlaban un determinado territorio, la construcción de altares a los antepasados y el levantamiento de los enormes moais, cumplían la función de reflejar el poder y cohesión interna de cada clan. El poder político estaba concentrado en el Ariki Mau, autoridad suprema de carácter hereditario, y en la casta sacerdotal, encargada de mantener las tradiciones religiosas y el culto a los antepasados.
A mediados del siglo XVII, o quizás antes, la situación hizo crisis, estallando un feroz conflicto interno en el que la gran mayoría de los moais fueron destruidos por clanes rivales. El reacomodo a la nueva situación ambiental fue lento y difícil, y cristalizó en el culto a Make Make -el Dios creador- y en la ceremonia del tangata manu -hombre-pájaro, en la que los distintos linajes competían anualmente por el poder político. El ganador asumía un carácter sagrado, debiendo vivir solo y aislado; mientras, su grupo adquiría un poder despótico sobre el resto de la población, que incluía sacrificios humanos a los dioses para así asegurar el bienestar para el año. Estas prácticas renovaron constantemente las hostilidades entre los grupos, produciendo un clima de permanente violencia y crisis social.
Mal que bien, esta hermandad entre pueblos tan lejanos se la debemos a Antoni Pujador, olotense a la par que amante de la cultura de Rapa Nui, que fue un firme activista por los derechos de sus mermados habitantes. Pocos años después, en 1987, el antropólogo noruego Thor Heyerdahl, un septuagenario que en sus años mozos había llegado a la isla en una embarcación a vela hecha de troncos y cuerdas, invitó a los catalanes Antoni Pujador y Francesc Amorós a participar de una expedición a la isla de Pascua, siendo los únicos españoles participantes en una misión oficial internacional en aquel territorio. Ninguno de los dos catalanes, sin embargo, eran antropólogos. Antoni Pujador era un ex piloto de aerolíneas y trabajador de una empresa dedicada a la exportación de tornillos, que empezó a fascinarse por todo lo relacionado con la isla de Pascua a los 13 años, cuando leyó la novela Aku, aku (El secreto de la isla de Pascua), en la cual Heyerdahl se pregunta cómo los primitivos pobladores pudieron colocar los gigantescos moais sin la ayuda de elementos mecánicos. Francesc Amorós, a su vez, es un medievalista y filólogo de la Universitat de Barcelona especializado lenguas papúes..
Más tarde, mataron unas decenas de personas más, destruyeron cultivos e incendiaron los poblados antes de volver a hacerse en el mar. Tras un largo periplo de siete meses por el océano, algunas de las embarcaciones fueron capturadas, y los pocos esclavos supervivientes, enfermos de varicela, fueron devueltos a su isla, donde contagiaron al resto de compatriotas, causando aun más bajas. Maristany, con la ayuda de la armada española, consiguió huir de las autoridades y volver al Masnou, donde vivió feliz y comió perdices hasta morir en la cama a los 84 años. La isla de Pascua quedó prácticamente despoblada, a excepción de unos pocos afortunados que salvaron la piel escondiéndose detrás los moais. 153554b96e